Hace mucho, mucho, muchísimos años (3000, por lo menos), los hombres primitivos vivían en pequeños, en cuevas donde se escondían de los animales peligrosos y se protegían del mal tiempo.
Tuvieron que pasar muchos para que el hombre fuera cambiando su forma de vivir: de cazador y recolector, pasó a ser además agricultor y ganadero.
Representaba en las cuevas sus actividades diarias, como también los bienes que poseía, usando distinta simbología. Estos símbolos eran estáticos y no podían moverlos.
Decidió entonces crear símbolos mediante marcas en palos, huesos, etc. con las cuales pueda representar lo que poseía.
